En el último informe sobre los derechos humanos en México, Amnistía Internacional concluye que el blindaje del derecho a la vida en las constituciones de los estados constituye una amenaza para los derechos sexuales y reproductivos. En concreto señala lo siguiente:
"La reforma reciente de muchas constituciones estatales que reconocen el derecho a la vida del feto desde la concepción mina el disfrute de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y niñas (…) Este cambio ha generado ambigüedad legal en relación al derecho de las mujeres al acceso a un aborto seguro y legal en casos de abuso sexual o de riesgo para la salud de la mujer, y ha contribuido al aumento de procesos de criminalización de mujeres respecto a abortos ilegales (…) El gobierno no se ha pronunciado de manera clara sobre este asunto ni ha demostrado su compromiso en proteger los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres" (págs. 10-11)
Obviamente para Amnistía Internacional el aborto “seguro y legal” forma parte de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Lamentablemente no es la primera vez que esta organización presiona por la despenalización o legalización del aborto. Una contradicción de quien defiende la vida de los condenados a muerte pero presiona por la pena caital para los inocentes indefensos. Nada que ver con el espíritu de su fundador, el abogado británico Meter Benenson.
Escribe al presidente Peña Nieto y pídele que no escuche el informe de Amnistía Internacional. No sólo es contrario a nuestras constituciones y a nuestros principios y valores. Es también contrario al propio espíritu fundacional de Amnistía Internacional.
Tu mensaje le llegará a Margarita Neyra, directora general de coordinación estratégica de Presidencia; a Luis Rodrigo Gallart Juárez, coordinador de Opinión Pública de Presidencia; y a David López, coordinador de comunicación social de Presidencia. También le enviaremos una copia a la oficina mexicana de Amnistía Internacional
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